UNA NOCHE MÁS
En esta
hora indisoluble, bañada
de quejas
y avatares nocturnales;
rotas mis
ilusiones por las
garras del destino,
solo, entre
mis cuatro muros
de holocausto
percibo un
raudal de notas
milenarias.
¿Dónde está
ese unigénito
salvador de
almas y de
pueblos,
precursor de
libertad y esperanza?
No has
tocado mi frente
fría y temblorosa,
rezago del
tiempo envilecido,
abertal de
años carcomidos,
marañas de
mis sueños no
soñados,
despojos de
mis ansias destruidas.
¿Dónde está
la estrella mañanera
que guía
al caminante solitario
naufragado en
la arena de la vida?
No has
llegado a mí,
ayer ni hoy,
¿acaso llegarás
mañana?
Enciende tu
luz redentora
y
guía mis
pasos, perdidos
en la
urdimbre de dolor
y falsedad.
Dadme una
señal de espera:
como los
polvorientos huertos al
invierno,
como la
peregrina golondrina
espera el
atardecer de un
verano,
como esperan
los días su
calendario
en este
largo camino de
la vida.
Una noche
más
y mi
alma visitará el
umbral de tu
puerta,
mientras mi
cuerpo frío y
silencioso
ungido de
aromas
exhalados del
árbol que fuera mi amparo
a la
vera del camino,
con sombríos
toques de campanas
de aquellas
agoreras de mis
males
que van
marcando la hora
entre la
luz y las
tinieblas,
un féretro crujiente
con olor a
muerte
barnizado con
sangre de mis
venas...,
¡descienda al vasto mundo de una tumba!
Comentarios
Publicar un comentario
Gracias por su comentario, sigue visitando el blog.