INGRATITUD



La ingratitud es el arma que no se ve,
pero se siente cuando el dardo encendido,
atraviesa el umbral oculto de la aflicción.

José Quevedo


No esperes de quien esperas que un día
la mano estire en tu última agonía.
Solo recuerda, que en nuestro paso por la vida,
la ingratitud es semilla que germina cada día.

No esperes que el sol acuda cada mañana
a encender la llama de una leve esperanza,
ni que el gorrión trine en tu ventana
la nota alegre que anime el alma.
Solo recuerda, que la ingratitud
es hoguera que perdura, vicio que no se acaba.

Se anida en el vacío de corazones muertos.
Se nutre de cadáveres profanando su morada.
¡No vuelvas la mirada donde ya no queda nada!


                                          



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