AVES VIAJERAS
(A mis hijos: Freddy, Diana y
José Luis)
Tersos arroyos que desde las
cimas
bañan el campo de mi soledad,
rodando por cañadas y colinas
van por un mundo de paz y
hermandad.
Les siento en mi corazón
palpitar,
de candor y dulzura llenan mi
alma;
son luz y aurora en mi
despertar,
son gracia divina, ternura y
calma.
Aves viajeras con sus alas de
oro
me dan abrigo y canto sonoro,
y en mis horas frías, amor y
lumbre.
Son palomas que anidan en mi
pecho
reconfortan mi corazón
deshecho,
y en raudo vuelo, alcanzarán
la cumbre.
Comentarios
Publicar un comentario
Gracias por su comentario, sigue visitando el blog.